Jueves 13 de enero, Museo de Arqueología de Alta Montaña, Salta, Argentina
Hace alrededor de 500 años, una doncella, un niño y una niña fueron la ofrenda del imperio Inca. Descansaron en un sueño eterno en la cima de un volcán, mientras la Pachamama daba sus frutos, y quién sabe que más.
Tuve a la NIÑA DEL RAYO frente a mis ojos. Estaba ahí, tras un vidrio, con poca luz y con un frío que no era el de la cima del volcán apagado. La vi. Dormía. La metí en mi cuaderno, como meto tantas cosas en forma de líneas. La metí para que al menos aquí, ella pueda volver a su lugar …y la Pacha no se quede sin sus ofrendas.
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