…Y ya que andábamos por el noroeste argentino, o subidos al vertiginoso camino del altiplano, por que no, por que no cruzamos pa Bolivia!
Y enseguida los olores a frito, a coca masticada, y …a todo, traído al bus por señoras y niñas vendedoras. Olores que nos acompañarían hasta Tupiza, para encontrar un divino hotel de tres estrellas con pileta y lo mas importante, una linda y aireada ventana.
Ejmmmm, pero no… no eran familia. Era una costumbre de los comedores bolivianos que la gente desconocida comparta la mesa. Y la verdad que en cada almuerzo, en cada cena, la cosa se ponía interesante.
En Bolivia hay dos clases de mujeres, Las Cholas y Las Chetas. Las cholas son el motor del pueblo. Cargan a sus hijos, cargan con la mercadería que venden, cargan con los alimentos, cargan con ser Las cholas. Y las Chetas…no se que hacen.
En La Paz, paramos a la vuelta de la iglesia de San Francisco.
Me preguntaba :¿ Para que usarían tantos cables?
No hay comentarios:
Publicar un comentario