Borom bom bom, Borombombom, yo soy el hincha de Camerún… era
el cantito resonaba en los juegos cuando te dejaban salir a jugar a la puerta y
te encontrabas con los otros de la cuadra. Por algunos de los 4 canales que
teníamos, había un sketch que aparecía en los cortes publicitarios. Así,
simple, de gomaepuma.
Los chistes de todos los domingos, en la última hoja de los
diarios y las revistas, te hacían mirarlo, y volverlo a mirar mas de unas
cuantas veces, porque no sólo había que reírse, te dejaban pensando,
reflexionando.
Cuando crecimos nos enseñó que la animación era más que un
producto de consumo infantil. Nos enseñó a mirarla como arte, nos enseñó que
existía otro cine, el cine de animación.
Gracias Negro!
Esto es para vos.
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