




Creo que tenía 3 o 4 años. En el pasillo donde estaba el baño habían puesto un payaso velador. Era algo que en vez de generarme simpatía, me generaba terror. Imaginen lo que eso significaba en el medio de la noche, sobre todo cuando la cara de ese monstruo era lo único que brillaba. Los payasos son horribles. No sean crueles con sus hijos
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